martes, 27 de octubre de 2009

Entrevista al Dr Emilio Cos . MUY BUENA!!!

Primero que nada perdon por algunas faltas de ortografia recien la terminamos de tipear. Fue totalmente improvisda estabamos realizandole una encuesta y nos empezo a contar acerca de su historia, el trabajo, familia etc. y empezamos a tomar nota y grabar. Emilio es mi abuelo (ramon). Esta muy interesante les recomendamos leerla

Es importante tener un testimonio de una persona que haya atravesado las diferentes etapas por la cual atravesó nuestra sociedad ya que aporta varios datos importantes y refleja muchos aspectos muy valorables para la investigación.
Esta entrevista fue realizada al Doctor Emilio Cos.
Su padre, José Cos, fue un inmigrante español de un poblado llamado Laredo en la provincia de Santander donde trabajaba con su madre en una granja donde criaban vacas y otros animales, entre otras cosas, hasta que vino en 1914 a los 14 años a nuestro país. Su esposa, Magdalena, quien a los 52 años quedo viuda y a partir de ese momento exploto la granja junto a sus hijos. En el año 1905 decide junto a sus hermanos, que vivían en Àncona (Italia), emigrar hacia Buenos Aires por promesas de promotores que ilusionaban a las familias con trabajos que al llegar a Argentina nunca encontraban. En el caso de esta familia, quien era el jefe de familia llega a Banfield practicando el oficio de carpintero para luego trasladarse a la cuidad de Bahía Blanca en 1910.
En esa época se decía que Argentina era el país mas prospero del mundo. En ese entonces estaban al frente del gobierno los radicales conservadores. Los inmigrantes que vinieron eran simples trabajadores, por lo general rurales, que debieron abrirse paso por si mismos.
Le doctor también nos decía lo siguiente: “Me inculcaron una fuerte cultura laboral, que era la gran motivación de esa época, que lo ratifica Florencio Sánchez en su libro “Mi hijo el dotor”, escrita en 1903. Llegue a ese propósito no solo por interés material sino por mi vocación”.
Cos comenzó a cursar la carrera de medicina en la cual estudio tres años y debió dejar por no tener medios ya que era una carrera y no podía sustentarla. Por este motivo eligió seguir estudiando odontología, carrera en la que se recibió en el año 1949 como Doctor en Odontología en la Universidad de Buenos Aires y realizo la tesis doctoral en el hospital Ramos Mejìa y ejerció la profesión durante cincuenta y nueve años.
Sin medios, sufrió, vivió precariamente durante su época de estudiante y sin embargo logró tener éxito.
Fue ayudante de trabajos prácticos de Bernardo Husay (premio Nóbel de medicina) y conoció Leloir cuando estudiaba medicina.
Sus estudios secundarios los curso en el Colegio Nacional de Bahía Blanca de donde asegura tener los mejores recuerdos.
Cuando se recibió sus padres con mucho esfuerzo le pusieron un consultorio, el cual agradeció y tomo como una gran obligación moral el poder trabajar allí.
Durante su curso como profesional realizo más de ciento cincuenta cursos y trabajo en tres institutos internacionales. También dijo que la profesión le dio una gran moral por sus servicios realizados para la sociedad. Atendió varias generaciones de pacientes, ejerció en Pedro Luro, Saldungaray e Ingeniero White además de Bahía Blanca, viajando a Buenos Aires todas las semanas para tender en el hospital Argerich.
Asegura que esta profesión le dejo solamente experiencias gratas gracias a su importante modalidad de trabajo basado en el planeo y la psicología sacando temores a los pacientes que concurrían a su consultorio.
Fue fundador del Circulo Odontológico del Sur y presidente del tribunal de disciplina del mismo durante treinta años.
Su transito por la profesión fue sin piedras en el camino y solo con satisfacciones.
En este momento de su carrera llega su jubilación, aunque extraña y continúa con la misma vocación y su deseo de seguir ejerciendo como en los primeros días.

Acerca de la actualidad nos dice que e ha perdido la esencia del camino y la juventud se enfrenta a una gran desorientación, también dijo lo siguiente: “hay que neutralizar esta desorientación con ayuda de la familia y en el mismo plano, la base de los buenos maestros. El castigo moral y físico siempre fue negativo y daba como resultado personas no felices.
Como mayor logro declaro que fue tener una familia numerosa y armónica.
“Lo único que se puede esperar de la juventud es el estibo de esperanza que con mi optimismo pienso que se va a lograr con las inquietudes que tienen los mismos jóvenes, la familia, escuela y buenos maestros, con lo cual se espera una generación no solo de excelentes profesionales o dignos trabajadores sino también de dirigentes con sentido fundamental de convivencia y humanidad, el presente en base a todo es ya el futuro”, esto reflexionaba Emilio.
También nos decía que para el no tuvo referentes en su generación ni dirigentes ni consultores mas que su propia intuición de lo que creía y cree ético y moral partiendo de un principio
Finalmente Emilio Cos reflexionó:
“Frase latina que dice NILL MOJERE ADJUVARE (no dañar, ayudar). Fueron logros importantes los que se inspiraron en el esfuerzo material y moral de mi padre y mi madre. La mejor y única orientación que merecía la humilde retribución que me regalo la vida.”
De aquí podemos destacar el esfuerzo y el valor inmenso que se le da al trabajo duro tanto de sus padres, con las dificultades que debieron enfrentar por su condición de inmigrantes, como el de Emilio quien debió ser perseverante y creer fuertemente en sus ideales apoyados en sus valores.

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